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PARA ESTO MARCHAMOS EL 13 DE AGOSTO: “NI UNA MENOS”

Publicado: 2016-08-19

El sábado 13 de agosto de 2016 marcó un hito histórico en nuestro país. Por primera vez en nuestra república, miles de hombres y mujeres marchamos a lo largo de calles y avenidas, en Lima y en otras ciudades del interior del país, rechazando de manera contundente la violencia contra la mujer.  

Contrario a lo que los grupos conservadores y machistas de nuestra sociedad decían antes de la marcha, la ciudad de Lima fue literalmente tomada por una nueva generación de personas (jóvenes, en su mayoría) que de manera espontánea tomamos la calle exigiendo libertad, igualdad y respeto para todos los peruanos, pero en especial, el cese de la violencia estructural que sufre la mujer peruana.

Increíblemente, al día siguiente de la movilización, y como para recordarnos que esta lucha por la igualdad será larga y dura, el diario El Comercio, el decano de la prensa nacional, publicó una encuesta que arrojó tres escalofriantes resultados acerca de lo que piensan los limeños con respecto a la violencia contra la mujer: 1) el 37% considera que la mujer que va sola a una fiesta es culpable de que la violen; 2) el 53% considera que la mujer que usa minifalda es culpable de que la acosen sexualmente; y 3) el 70% considera que una mujer infiel es culpable de que su pareja le pegue.

Como podemos apreciar, los resultados revelan una realidad que muchos conocemos, pero que los sectores conservadores se empeñan en disfrazar: el Perú es un país en el que una importante porción de su población justifica la violencia sistemática que sufre la mujer a diario. Ya sea por la ropa que usa, los lugares que frecuenta, la manera cómo establece relaciones sociales, o la forma cómo vive su sexualidad, los peruanos terminan culpando a la mujer de la violencia de la cual es víctima. En otras palabras, para un porcentaje mayoritario de hombres (limeños, en este estudio) si la mujer no es “virtuosa” (una condición que ellos no exigen para sí mismos) entonces su pareja tiene derecho a violentarla físicamente.

Sin embargo, y a pesar del sombrío panorama que esta encuesta muestra, poniendo al descubierto al sector más retrógrado y salvaje del Perú, dentro del cual también se encuentra ese grupo de tontos útiles que durante estos días “cachosamente” se afanan en convocar a una marcha denominada “Ni uno menos”, con lemas abiertamente ofensivos y que no resisten el menor análisis como “Yo no soy tu cajero” (es decir, las mujeres son mantenidas), o “Yo no soy tu objeto sexual” (es decir, las mujeres son animales en celo), resulta positivo que el nuevo Gobierno haya decidido tomar la iniciativa planteando, a propósito de la presentación del Primer Ministro ante el Parlamento, una serie de medidas destinadas a combatir la violencia contra la mujer y la desigualdad de género.

Primero, en menos de 100 días se ampliará el horario de atención en 5 Centros Emergencia Mujer. Esos Centros atenderán las 24 horas de los 7 días de la semana. Y se espera que para el próximo año esta medida se extienda a 50 Centros adicionales ubicados en las zonas de mayor índice de feminicidios, violencia de género e inseguridad ciudadana.

Segundo, en menos de 100 días se duplicará la capacidad de atención de la Línea 100 para brindar atención psicológica y orientación legal a las víctimas de violencia familiar.

Tercero, se implementarán Casas de Acogida bajo responsabilidad del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables para brindar protección inmediata, atención psicológica y de desarrollo de capacidades a las mujeres víctimas de violencia y sus hijas e hijos. Así, las mujeres ya no se verán obligadas a volver con su agresor por falta de acogida del Estado.

Cuarto, se capacitará a los jueces, fiscales, policías y operadores de la justicia a cargo de procesos de violencia contra la mujer, para que en la elaboración de sus resoluciones y actuaciones incorporen el enfoque de género.

Quinto, se implementará en los 12 departamentos de mayor índice de violencia de género, una estrategia para la inserción económica de las mujeres víctimas de violencia. 

Sexto, se relanzará el sello “Empresa Segura”, como certificación de empresas libres de violencia y de prácticas discriminatorias de género.

Séptimo, se diseñará e implementará el Sistema Nacional para la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres y la familia y el Observatorio Nacional de Mujer y Poblaciones Vulnerables (con un área especial para los casos de violencia contra la mujer), con el fin de generar, sistematizar y difundir información que permita conocer el estado situacional de la igualdad de género así como la situación de las poblaciones vulnerables. Y con esa información, se adoptarán políticas de orientación y prevención de situaciones que comprometan su desarrollo integral y el ejercicio efectivo de sus derechos.

Antes de terminar de escribir esta columna, le comentaba a mi hermana que es la primera vez que el Primer Ministro de un nuevo Gobierno coloca el tema de los derechos de la mujer y la lucha contra la violencia y desigualdad de género como uno de los ejes centrales de su discurso ante el Parlamento.

¿Para qué marcharán el 13 de agosto? Fue la pregunta que algunos incrédulos nos hacían. Bueno, marchamos justamente para esto, para que la erradicación de la violencia contra la mujer, gracias a la presión de la sociedad civil y de los diversos movimientos políticos y sociales, se convierta en un tema de agenda pública para el gobierno en el Perú.

Finalmente, quiero subrayar la participación de las mujeres víctimas (las sobrevivientes) en la marcha. Ellas, provistas de un enorme valor y fortaleza, nos han demostrado que sí se puede vencer el miedo, y que esta batalla, que no es únicamente de las mujeres, será más fácil de ganar si todos los peruanos nos unimos, y a una sola voz gritamos: “Ni una menos”.

Abogado PUCP. Con Post Grado y estudios de maestría en Ciencia Política (PUCP). Profesor de Derecho Electoral, Ciencia Política e Historia de las Ideas Políticas en la Facultad de Derecho de la Universidad San Martín de Porres.


Escrito por

Rafael Rodríguez Campos

Abogado por la PUCP (Lima/Perú) Maestro en Derecho Constitucional por la UCLM (Toledo/España) Especializaciones en la UCLM y UNAM (México)


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